Con el paso de los años, la masa social de abonados y aficionados del club creció, con lo que las instalaciones disponibles resultaban cada vez más insuficientes, pese a que el aforo inicial se había duplicado y llegó a alcanzar la cifra de 22 000 personas. El último partido del Real Valladolid en el Viejo Zorrilla se disputó el 7 de febrero de 1982, imponiéndose el cuadro local al Club Atlético Osasuna por 2-0 en partido de Liga.