En la final de la Copa FA de 1991, los jugadores del Tottenham Hotspur salieron al campo con pantalones algo más largos y sueltos. Los guardametas pueden optar por vestir pantalones largos en vez de cortos. En el periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, muchos equipos de Europa se vieron forzados a vestir uniformes inusuales, a causa del racionamiento de la vestimenta. Las camisetas deben tener mangas -largas o cortas- y los guardametas deben vestir unas que se distingan fácilmente de las de los demás jugadores y árbitros. Mientras, las camisetas de niños lucían frases como «La aventura del desierto espera», «Piensa más allá», «Héroe». En otras partes, estas mejoras tardaron más en adoptarse; los clubes británicos volvieron a resistirse a estos cambios y mantuvieron equipamientos apenas diferentes a los de antes de la guerra, mientras que los países de la Europa Oriental continuaron usando uniformes considerados fuera de moda.
En los años 1990 los diseños de camisetas se volvieron extravagantes en muchos casos, principalmente porque se buscaba que las mismas tuvieran un buen aspecto como objeto de venta para los aficionados. En los años 1950, los uniformes usados en el sur de Europa y Sudamérica se volvieron mucho más livianos, los cuellos en pico reemplazaron a los cuellos de camisa y las telas sintéticas a las pesadas fibras naturales. Con la llegada de las competiciones internacionales, como la Copa de Europa, el estilo de uniforme del sur de Europa se adoptó en el resto del continente y para el final de la década, los equipamientos pesados y las botas de los años previos a la guerra fueron abandonados completamente. En la Copa Mundial de fútbol de 1938, el delantero brasileño Leônidas da Silva marcó un gol estando descalzo. Incluso el jugador Billy Wright manifestó su desdén por el nuevo calzado, declarando que eran más apropiadas para el ballet que para el fútbol.
Además, inciden en que adquirir una de estas prendas retro es, más allá de una moda pasajera, una inversión para el futuro. Para 1936 los jugadores europeos llevaban botas que pesaban un tercio de las empleadas una década antes, con la excepción de los clubes británicos, que no adoptaron estas reformas. En los años 1960 se observaron pocos cambios en el diseño de los uniformes, y los clubes generalmente optaban por colores simples que se visualizaban adecuadamente bajo las entonces novedosas lámparas de los estadios. Las reglas no especifican ninguna restricción en cuanto al color del calzado, por lo que -aunque a lo largo de la historia predominó el uso del negro o colores oscuros- varios fabricantes, como la empresa estadounidense Nike, lanzaron al mercado botas doradas, blancas, rojas, amarillas, verdes e incluso rosadas. En el Reino Unido, por ejemplo, este mercado alcanza un valor de más de 200 millones de libras esterlinas.
Por su parte, el Barcelona rechazó contratos de patrocinio en favor de llevar el logotipo de UNICEF, al mismo tiempo que donan 1,5 millones de euros cada año. A partir del año 2000, se han conseguido avances en el diseño del equipamiento, con diversos grados de éxito. Sus críticas hacia los mensajes sexistas de la tienda de ropa Tesco se han hecho virales al ser compartidas por sus padres a través de YouTube yFacebook, en dos canales en los que la pequeña es protagonista junto a su hermana menor. Como regla general, a mayor número de tacos, menor adherencia y por tanto menor posibilidad de sufrir una lesión en terrenos blandos. La Regla 4 establece un equipamiento básico que todos los jugadores deben utilizar. Gracias a las ventajas de internet y el desarrollo del comercio electrónico obtener todos los productos originales en la puerta de tu casa es posible. Así que también es posible que nadie le dijera nada a Elorduy cuando llegó con las camisetas rojiblancas si eran de buena calidad. La cuenta de Twitter del portal Todo sobre Camisetas compartió una imagen del posible diseño de la indumentaria, que tendría lineas azules en la parte frontal y los números y nombres serían rojos.
Entre otros ejemplos de camisetas con diseños poco usuales de esta década se pueden encontrar la utilizada por el Hull City A. F. C., con un distinguido animal print haciendo honor al sobrenombre de «tigres», y la introducida por la A. C. Fiorentina que presentaba cruces dispuestas de tal manera que sus bordes dibujaban esvásticas. FIFA estimó que tal indumentaria no se consideraba una camiseta y que por lo tanto no estaba permitida según las reglas del fútbol. Jurgen Klopp ha sido muy contundente a la hora de analizar las revolucionarias medidas que propone Marco van Basten, el director de desarrollo técnico de la FIFA. Por otro lado, a finales de la década apareció entre los jugadores una breve moda que consistía en levantar o quitarse la camiseta para revelar otra con un mensaje político, religioso o personal impreso. La ikurriña no falta en la camiseta de los de San Sebastián.